REVISTA Y FOTOGRAFÍA DE KAREN BOSSICK
Bowe Bergdahl, un ex soldado del Ejército de Estados Unidos que creció en Hailey, ha conseguido que su condena militar sea anulada o dejada de lado como si nunca hubiera ocurrido.
El juez de distrito de Estados Unidos Reggie Walton dijo en una opinión de 63 páginas que Jeffrey Nance, el juez militar que presidió el consejo de guerra de Bergdahl, no reveló que había solicitado un trabajo como juez de inmigración, creando un potencial conflicto de intereses.
El juez de distrito de Estados Unidos Reggie Walton dijo en una opinión de 63 páginas que Jeffrey Nance, el juez militar que presidió el consejo de guerra de Bergdahl, no reveló que había solicitado un trabajo como juez de inmigración, creando un potencial conflicto de intereses.
Walton también señaló que el presidente Donald Trump había criticado duramente a Bergdahl durante su campaña presidencial de 2016, llamándolo un “sucio traidor podrido” y diciendo que debería ser ejecutado. Era posible, dijo, que sus comentarios influyeran en Nance.
El abogado de Bergdahl, Eugene Fidell, dijo en su momento que el esfuerzo del presidente Trump por “avivar una atmósfera de linchamiento” había arrojado una nube oscura sobre el caso.
El abogado de Bergdahl, Eugene Fidell, dijo en su momento que el presidente Trump “había avivado una atmósfera de linchamiento” había arrojado una nube oscura sobre el caso.
Bergdahl saltó a los titulares nacionales tras abandonar su puesto en Afganistán en 2009. Fue capturado y torturado, golpeado con mangueras de goma, culatas de rifle y cables de cobre por los talibanes. Permaneció recluido en una pequeña jaula durante cuatro años tras varios intentos de fuga, incluido un periodo de nueve días en el que sobrevivió comiendo hierba.
Se le devolvió a su país de origen.
Fue devuelto a Estados Unidos en 2014 en un canje de prisioneros por cinco líderes talibanes recluidos en la Bahía de Guantánamo.
Bergdahl fue liberado en 2014.
Bergdahl se declaró culpable de deserción en su consejo de guerra de 2017 celebrado en Fort Bragg, Carolina del Norte, pero no se le impuso condena por las torturas sufridas. La inanición, según testificó un médico del Ejército, le había causado daños nerviosos permanentes conocidos como neuropatía en las piernas, lo que puede dificultar y hacer doloroso caminar.
Bergdahl se declaró culpable de deserción en el consejo de guerra celebrado en Fort Bragg, Carolina del Norte, en 2017.
Bergdahl fue dado de baja con deshonor y se le ordenó renunciar a 10.000 dólares de paga.
Bergdahl fue dado de baja con deshonor.
Bergdahl mantuvo que se alejó de su puesto para llamar la atención sobre los problemas en su unidad del ejército. Un psiquiatra comprobó que sufría un trastorno esquizotípico de la personalidad, un trastorno de estrés postraumático crónico y déficits cognitivos, que probablemente influyeron en su decisión de abandonar su puesto.
Las autoridades dijeron que proporcionó valiosa información de inteligencia sobre sus captores talibanes al ser liberado.