HISTÓRIA Y FOTOS DE KAREN BOSSICK
Gracias a Dios, grandes bolas de fuego
Puede que el Festival de Jazz y Música de Sun Valley se haya reducido este año a la Sun Valley Jazz Party. Pero desde luego no le faltó entusiasmo, ni por parte de los músicos, que no dejaron de tocar las trompetas ni de hacer bromas, ni por parte de los bulliciosos fans, que no tardaron en mostrar su aprecio por un buen riff.
Y Dave Bennet, que no paró de tocar, se convirtió en el mejor de la fiesta.
Y Dave Bennett puso el broche de oro a todo ello con su alegre tributo a Jerry Lee Lewis.
Bennett, un joven músico de Michigan que abarca géneros que van desde el swing y el jazz hasta el rockabilly y el pop, puso en pie al público del Limelight Ballroom del Sun Valley Resort mientras interpretaba "Whole lotta Shakin’ Going On", con las manos desdibujadas mientras aporreaba las teclas y movía las manos en el aire a un palmo por encima de las teclas del piano.
Bennett se inclinó hacia atrás desde su asiento del piano, casi paralelo al suelo, sus mechones castaños claros rebotando sobre su frente. Luego se irguió sobre el banco del piano mientras subía el tempo “sólo un poquito” en “Maybelline.”
“Otro festival tenía un error de imprenta en el programa. Dijeron que íbamos a hacer un tributo a Jerry Lewis"” dijo a la multitud, dejándoles que imaginaran cómo podría interpretar al cómico bobalicón.
Bennett golpeó los marfiles del piano con el pie derecho mientras cantaba “Me and Bobby McGee” como Jerry Lee Lewis alias The Killer podría haberla interpretado. Y el público respondió, bailando en sus sillas y acudiendo en masa a la pista entre vítores y palmas entusiastas.
“Ha sido muy divertido poder tocar con gente con la que’nunca habíamos tocado antes,” dijo Bennett. “Nos habéis tratado tan bien que’no nos vamos a ir de Sun Valley. Ni siquiera tenemos que tocar música para vosotros. Iremos a vuestras casas y os cortaremos el césped", bromeó.
La Jazz Party, que celebra su 35ª edición, atrajo a gente de todo el país y a muchos lugareños. Los residentes de Ketchum, Dale y Peggy Bates, estuvieron siempre presentes en la pista de baile, como lo han estado durante muchos años.
Y el Dr. Tom Crais de Hailey apareció con una gran sonrisa en la cara.
“Soy de Nueva Orleans, así que crecí con esta música,” dijo Crais, uno de los patrocinadores de la Jazz Party’
Una mujer de Seattle lucía orgullosa su chaleco cubierto de insignias de Festivales de Jazz de todo el país.
“¡Pesa mucho! Como 22 libras,” dijo. “Y tengo dos de ellos. Obviamente, me encanta la música. La he seguido por todas partes.
El jazz es conocido por su improvisación, pero en este festival se recurrió a la improvisación al máximo, ya que muchos músicos acudieron sin sus bandas, y en su lugar se mezclaron y combinaron con otros músicos en sets que rendían tributo a artistas de la talla de Louie Armstrong, Hank Williams y Al Hirt.
El trompetista Greg Williams, que tocó la trompeta en la orquesta del festival, fue uno de los protagonistas.
El trompetista Greg Varlotta hizo vibrar al público con la conocida “Java” de Al Hirt, una canción de Allen Toussaint que alcanzó el nº 4 en las listas Billboard en 1964 y que le valió a Hirt un premio Grammy. Luego los hipnotizó, con su trompeta que parecía un abejorro en “Theme to the Green Hornet”de Hirt.
El domingo por la mañana, el último día de la fiesta de cuatro días, un pianista tocó una inquietante versión de Hallelujah, de Leonard Cohen, y los asistentes bailaron por el salón al son de When the Saints Go Marching In.
El trombonista Dave Ruffner, de la Blue Street Jazz Band, dedicó unos minutos a la música gospel para pronunciar su habitual sermón, un poco diferente cuando faltan dos semanas para las elecciones.
“Recuerden, puede que seamos estadounidenses ahora, pero nuestra ciudadanía está en el cielo” dijo a la audiencia. “Las Escrituras dicen que tenemos que someternos a la autoridad, sea quien sea” someternos a la autoridad y no meternos en problemas” No importa quién gane, tenemos que amarnos unos a otros y recordar que esto es sólo temporal”